Nina Luitgard

por **Nina Luitgard** Jue Nov 06, 2014 11:51 pm

Nombre:

Nina Maude Luitgard
Edad:

25 años
Sexo:

Femenino
Raza:

Humano
Afiliación:

Marines
Isla Natal:

Islas Gecko
Profesión:
Cocinero
Clase:

Arma Blanca
Armas:

Inventario de Nina
Descripción Física:

Contrario a la niñez y estilo de vida algo tosco que ha tenido, su rostro posee rasgos finos con ojos rojos que lo decoran cual rubíes. Por encima se sienta una larga cabellera plateada que se extiende más allá de su cintura, la cual suele estar sujeta y adornada por un lazo.

A pesar de nunca haberse disciplinado en algún tipo de arte marcial o deporte, constantemente se ha visto envuelta en situaciones que la demandaban físicamente, dotándola de un cuerpo saludable y atlético. Su forma es espléndida para alguien de sus medidas, una no alterada por exceso de grasa corporal ni masa física, brindándole gran flexibilidad, destreza y velocidad. Sin embargo, esto previene que su fuerza física se desarrolle al máximo de su capacidad por lo que ésta, a pesar de encontrarse por arriba de la media de personas normales de su talla y peso, no alcanza niveles exorbitantes. Estaría de más decir que perdería en una competición de aguante físico contra personas de mayor tamaño y contextura mucho más robusta.

Estatura: 181 centímetros
Peso: 68 kilógramos
Medidas: B85/W56/H80
Descripción Psicológica:

Poseedora de un carácter confiado y firme, su expresión puede resultar a veces algo intimidante, pero en realidad es una persona con la cual no resulta difícil tratar. Es del tipo que no tiene problemas en sentarse a charlar sobre una pinta de cerveza y reír con sus amigos. Probablemente el mayor desperfecto en su personalidad es que a veces puede resultar algo temperamental y alguien que no muestra mucha restricción a la hora de pasarla bien es también capaz de mostrar una ira bastante desenfrenada.

Su personalidad puede ocasionar conflictos al chocar con otras que posean tendencias a mantener ciertas cosas ocultas bajo las sombras. Ella es del tipo que prefiere ir de frente, siempre haciendo oír lo que piensa y sin ocultar sus intenciones, caracterizándola con cierta ingenuidad.
No es del tipo que se amilana ante situaciones desfavorables, sin importar que tan precaria sea la situación la enfrentará fuerte y decidida mientras le quede aliento. Semejante valor es algo digno de admirar, pero ser demasiado temerario a veces puede resultar peligroso, después de todo el miedo es un sentido de auto-conservación e ignorarlo puede llevar a situaciones comprometedoras.

Puede resultar algo testaruda en cuanto a su forma de ver y hacer las cosas, únicamente aquellos importantes para ella o que son dignos de su respeto son capaces de hacerse oír y quizás hacerla cambiar de opinión.

Se siente extraña e incómoda al lidiar con niños, no es que le desagraden si no que le recuerdan un poco a su infancia y la carencia de ciertas cosas en ella. Aunque puede permanecer con la frente en alto y decir que no tiene arrepentimientos, le es imposible sentir cierta nostalgia y tristeza al lidiar con menores.

En su anterior línea de trabajo, la mayoría de hombres que conoció eran fácilmente clasificables en dos categorías; cerdos desagradables y caza corazones aún más desagradables, al menos los primeros eran más honestos en cuanto a sus intenciones. Como resultado, no muestra mucho interés en los hombres a pesar de ser heterosexual. Si alguien le preguntara qué tipo de sujeto le gusta ella probablemente respondería encogiéndose de hombros.

Al final del día, la característica que más resalta de ella es su amabilidad. Pese a no tener un sentido justiciero tan fuerte como el de sus compañeros marines, ella no se quedará quieta al ver sufrimiento o abuso siendo infringido en el prójimo.
Gustos y disgustos:

Disfruta de la actividad física, por más que le cueste admitirlo parece disfrutar aún más de ella cuando hay conflicto de por medio.
Fumar es un pasatiempo que se le contagió de su madrastra, le ayuda a pensar y calmarse.
Le agradan los animales pequeños, en especial los gatos, al tratarse de una de las pocas cosas realmente femeninas relacionadas con ella, le provoca algo de pena.
Su comida favorita es el manjū.
Su color favorito es el rojo.

No disfruta del trabajo en exceso.
Odia a los cobardes, odia más aún a los que abusan de los débiles.
No le gustan los platillos que constan completamente de verduras.
Habilidades

Su anterior ocupación requería de mucho trabajo manual, con los años ha aprendido a usar ambas manos de igual manera volviéndola ambidiestra.

Gran habilidad con el manejo de armas blancas y competente luchando cuerpo a cuerpo.

Gran compañera de bebida, acostumbrada a las canciones de borrachera.

Tiene talento (y probablemente mucha suerte) para todo tipo de juegos, en especial aquellos de azar.

Si la situación lo amerita, es capaz de reprimir su frustración o enojo para lidiar con casi cualquier tipo de persona, una de las cosas que aprendió mientras trabajaba como tabernera.

Gran sentido de la intuición, le ayuda a tomar decisiones rápidas en casi cualquier tipo de situación.

Buena adaptabilidad, no le cuesta mucho trabajo acomodarse a nuevos ambientes.
Debilidades:

No tiene proficencia en el uso de armas de fuego u otros tipos de armas de largo alcance.

Su educación hasta antes de entrar a la marina no ha sido realmente excepcional; fuera de sus áreas de experticia su conocimiento en cuanto a otras profesiones no supera los de cualquier persona normal. Es bastante torpe en cuanto a materias más complicadas como ingeniería o manejando instrumentos muy avanzados o complicados.

Sus métodos tienden a carecer de delicadeza.
Historia:

Lo único que encontraron en la canastilla en la que ella había llegado al orfanato fue una pequeña nota donde se podía leer la leyenda “Nina”. Su primer nombre fue lo único que recibió de sus padres, pero jamás tuvo tiempo para sentarse a lamentarse sobre ello. Como es de esperarse, crecer en un orfanato no suele ser una experiencia amena, los matones y abusivos se encontraban a la orden del día. En un ambiente donde los niños pequeños y débiles estaban a merced de los mayores y más fuertes, se vio obligada a volverse fuerte o ser devorada. Su carácter y determinación se vieron templados desde una temprana edad, alimentando parte de la fuerza que la mueve hoy en día, razón por la que ella dime su infancia como “no tan mala”.

Habiendo derrotado a sus opresores, conforme iba creciendo comenzó a perder el camino. Sintiendo que era libre de hacer lo que quisiese al probar que era más fuerte y haber una carencia de figuras de autoridad, meterse en problemas se había vuelto una rutina diaria. Irónicamente, el vandalismo sería lo que la haría encontrarse con la persona que cambiaría su vida y la encaminaría en la senda que recorre hoy actualmente.
Una vez alcanzados los 14 años, Nina cometió ciertos delitos contra la propiedad de una tabernera del pueblo conocida como Dwyn. La mujer la golpeó fuertemente en la cabeza y la obligó a trabajar para reponer las pérdidas que había ocasionado. Durante aquél período de tiempo, Nina experimentó muchas cosas por primera vez; ser disciplinada, el valor del trabajo honesto, una figura materna. Cuando finalmente terminó de pagar su deuda y se le otorgó el permiso de marcharse, con su cabeza baja y un rostro tan rojizo como sus ojos, Nina rogó a Dwyn que le permitiera quedarse con ella. Para la sorpresa de Fey, la hija legítima de la tabernera, la petición de Nina fue aceptada y desde ese día se convirtieron en hermanas. Dwyn llenó el papeleo en el orfanato para que Nina se convirtiera en su hija adoptiva y así ella recibió un segundo nombre, un apellido y más importante aún, una familia.

Nina trabajo durante muchos años en la taberna, probablemente sus días más atesorados, pero así como las estaciones cambian también lo hacen las vidas de las personas, nada dura por siempre. Poco tiempo después de comenzar a vivir con su nueva familia, ahorrar dinero y abrir su propia taberna se habían convertido en la nueva meta de Nina. Hacer trampas en juegos de azar contra los clientes de engañosa procedencia y despojarlos de sus igualmente sospechosos bienes se había vuelto una de sus principales maneras de reunir fondos. Esto inevitablemente la llevo a encontrarse con una situación que se le saldría de manos.
Una de las víctimas que había desplumado resultó ser un pirata que había traicionado a su tripulación, robando parte del botín del barco. Sus nakamas lo rastrearon hasta el pueblo e indagando por el tesoro robado el traidor los encaminó hacia el lugar donde lo había derrochado todo en apuestas.
Los piratas asaltaron la taberna mientras la dueña y su hija se encontraban ausentes, con tan solo Nina a cargo ella hizo todo lo que pudo para defenderse. El problema fue que ella estaba acostumbrada a lidiar con borrachos y simples matones, lamentablemente ella aún no daba la talla en ese entonces para enfrentarse a piratas de verdad. Tras fácilmente dejarla fuera de combate, el lugar fue saqueado y los piratas le prendieron fuego, dejando a Nina por muerta. Afortunadamente la dueña regresó a tiempo y, demostrando lo fuerte que puede llegar a ser el amor fraternal, se abrió paso a través de aquél infierno para rescatar a su segunda hija antes de que fuese devorada por las llamas.

Tras recuperar el conocimiento poco después del incendio, en parte sintiéndose culpable por las consecuencias de sus actos y por otro lado creyendo que debía compensar la amabilidad y comprensión de su madre, Nina marchó hacia el escondite de los piratas esa misma noche para ajustar cuentas; su objetivo siendo hacerse con parte del dinero de los piratas para al menos poder reconstruir la taberna de Dwyn.
El barco se encontraba poco resguardado en ese momento, por lo que abrirse paso hasta la habitación donde se encontraba el botín no fue muy difícil. Todo parecía ir bien, hasta que súbitamente el mismo hombre que quemó su hogar y casi le da muerte apareció. Tan fácilmente como la primera vez, desarmó a Nina y la sujeto por el cuello, pero la suerte se puso una vez más del lado de la joven muchacha. Con el llegar del alba se pudieron apreciar cañonazos a la distancia, los cuales no tardaron en impactar el barco pirata. En medio de la conmoción, Nina apuñaló a su captor en el brazo con un cuchillo que llevaba escondido y, una vez liberado de sus garras, corrió tan rápido como pudo a cubierta y se lanzó al agua mientras escuchaba los gritos del pirata detrás de ella maldiciéndola.

El ataque había sido obra de los marines, a raíz de los estruendos el resto de la tripulación no tardó en aparecer y abordar el barco pirata, el cual rápidamente se hizo hacia altamar y, para el desasosiego de muchos, logró escapar.
Una vez reunida con su madre, Nina vacío sus bolsillos con las joyas que había logrado tomar y le dijo a su madre que con eso lograrían volver a abrir su local. Furiosa, Dwyn abofeteó a su tonta hija, diciéndole que eso no era nada en comparación con su vida.
La conmovedora reunión no duró mucho, un oficial superior de la marina se hizo presente. Tras esclarecer todo lo que había ocurrido esa noche, el hombre permitió que las mujeres se quedaran con los objetos preciosos, pero no sin dar antes una advertencia: “el hombre al que apuñalaste nunca olvidará tu rostro”. Era verdad, si habían recorrido un camino tan largo para encontrar a aquél traidor no era muy difícil imaginarlos llegando hasta los mismos extremos por venganza. Afortunadamente solo conocían el rostro de Nina, si ella se marchaba el resto de su familia estaría bien y tras alcanzar esa conclusión el oficial extendió una proposición.

”Tienes agallas y la fuerza para respaldarlas y no solo eso, tus acciones fueron por el bien de alguien más. Creo que tienes el material para unirte a nosotros, ¿te gustaría ser un marine?."

por **Administrador** Vie Nov 07, 2014 12:15 am

Nina Luitgard

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Re: Nina Luitgard