[Presente/Dúo] Luego del Escape - Devuelta al Reino?!?

La ahora lejana choza en Mt. Corvo, mi despertar este día no pudo ser mejor, teniendo a la muchacha entre mis brazos mientras sentía su cuerpo contra el mío. La fina luz del alba filtrando por las cortinas despejadas junto a una suave brisa que nos aireaba a ambos invitando con el aroma de la naturaleza a mi amanecer. Abrí mis ojos nuevamente, la escena volvía a alejarse chocando ahora con la realidad. El frío y sólido muro externo del Reino de Goa, la parte exterior y más pobre dentro de aquellas paredes, sin duda un lugar con poca a nula seguridad cosa que me venía como anillo al dedo. Pero no estaba solo, mi mano sostenía detrás a mi mayor tesoro.

- Tranquila White, no pasaremos ni cerca del barrio alto, rodearemos para llegar al puerto lo antes posible... - Le diría al girarme para sonreírle ampliamente ajustando con mi mano libre mi gorra mientras continuábamos avanzando por el borde de la gran muralla buscando las puertas donde la basura era arrojada hacia la terminal gray. Aprovechando ese momento nos meteríamos nuevamente dentro de las pobres calles del lado externo del "noble" reino. Mis pasos se apresuraban y procuraba sostener a la muchacha tras de mi con suavidad y firmeza. Estábamos volviendo al lugar del que nos habíamos fugado, todo para tener que volver. "Tch...no quería tener que traer a White de vuelta aquí...pero para robar un barco necesitamos entrar aquí y llegar al puerto!" Maldecía para mis adentros mientras nuestros pasos rodeaban toda la zona hasta finalmente divisar los primeros montes del enorme basural que una vez fue mi hogar.

Tragué saliva, el familiar hedor no me molestaba para nada. Pero otra vez vino a mi mente mi despertar, junto a ella con la brisa natural rodeándonos. Una sonrisa alegre se postró en mi rostro con un leve sonrojo que esperaba ella no viera, quería mantenerme firme para ella ya que debía dar lo mejor para que este plan funcionara. Entrar al reino, rodear las zonas altas y llegar hasta el puerto donde me haría con un barco pequeño para los dos. Sencillo en palabras claro, pero ejecutarlo era otra cosa. Parpadeando fijaría mi determinación llegando finalmente a unos metros donde se hundía la pared de concreto para dejar a la vista el gran portón de hierro de doble hoja. Cerrado de momento pero sabía de memoria los horarios por lo que no tenía dudas que en pocos minutos llegaría el momento.

- Bien White, en unos minutos llegará el camión con la basura del día... - Diría frenando en mi lugar, dando media vuelta para mirarla fijo y explicar seriamente unos momentos lo que haríamos para entrar. - De este lado no tienen buena vista, debemos aprovechar cuando tiren los desechos para pasar por un lado y entrar - Terminaría, indicando con mis dedos una suerte de gesticulación de lo que teníamos que hacer. Luego de esto notaría la cercanía y no podría evitar sonrojarme levemente desviando la mirada mientras aclaraba mi garganta y me ponía de pie.

Posé mi mirada ámbar en ella, pero sin poder decir nada los enormes portones se abrirían mientras el enorme tacho metálico con desechos se propinaría contra la colina que bajaba hacia la terminal. A un costado en el lado opuesto a donde estábamos un único guardia que observaba todo el campo con la ayuda de un vigía en la parte superior. Sin embargo no esperaban que hubiera un par de bien refugiados y limpios polizontes buscando la entrada al "dichoso" reino.

- Ahora White - Susurré, pegándome contra la pared y sin soltar su mano la invitaba a que hiciera lo mismo, el vertedero continuaba dejando ir lo que para los de abajo era más que un tesoro. Me mordí el labio inferior unos momentos pero sintiendo el calor en mi mano de quien me acompañaba volví a fijar mi mirada en el objetivo. Con mis pasos ligeros me aproximé, llegado al borde rotaría mi rostro para indicar a la castaña que se pusiera a gachas para evitar que nos vieran. Sin despegarme nunca de la pared, procuré White me siguiera sin problemas, ahora mi mano presionaba algo más fuerte solo para asegurarme que no me la arrebataría nadie. Tragué saliva a medio camino, viendo del otro lado al guardia que mantenía su atención en la silenciosa terminal. Respirando con suavidad pasé mi vista hacia la de ojos zafiro una vez más asintiendo para marcarle que continuáramos el paso.

Aquel medio minuto que nos tomó pasar por el abierto portón sin ser sentidos siquiera por la guardia local pareció eterna hasta que aún a ras de la pared procuré llevarnos a los dos lejos del lugar observando en los solitarios suburbios el casi nulo actuar de los residentes. - Heh! Todos se acobardan creyendo que la gente de la terminal les hará algo... - Dije sin pensarlo ya que me molestaba la actitud de aquellos que se escondían pensando en otros como si fueran parte de la basura solo por no vivir dentro de estos horribles muros. - Oh! Perdóname White...No lo decía por ti, se que este es el último lugar en el que quieres estar... - Me disculpé al momento de realizar que me había ido de boca. Obviamente no me refería a ella, claro que no. La chica que tenía de la mano era mi tesoro y no dejaría que nada de este lugar me la arrebatara.

Varios minutos después, ya estábamos lejos de peligro y casi que se podía ver una u otra persona en el momentáneamente desolado reino. Ya relajado me despegué de la pared soltando un largo y relajante respiro. Sintiendo aún la mano de la muchacha con la mía, levanté la mirada para observarla una vez más. Pondría luego mi otra mano sosteniendo la suya con fuerza. - Ya estamos cerca White, solo un poco más hasta el puerto y nos vamos de aquí! A nuestra libertad! - Exclamaría aún sin subir la voz cuan instinto de ladrón que corría por mis venas, pero si postrando mi mejor sonrisa para la muchacha, su tibia mano era todo lo que necesitaba para mantener mi determinación, ahora solo aguardaba su respuesta para saber que estaba de acuerdo con esto para así enfilar nuestro rumbo hacia el puerto del "dichoso" reino de Goa.

La cálida sonrisa que me prestó en respuesta una vez estábamos dentro de aquel reino era todo lo que necesitaba para saber que podíamos continuar. Me alegraba en lo más profundo que aquella chica sintiera que su lugar era conmigo y claramente no guardaba deseo de pertenencia alguno para con el sitio donde nos encontrábamos una vez más.

Bajé mis manos dejando una libre mientras la otra aún sostenía a White con fuerza. Ahora que estábamos más tranquilos cambiaba mi vista entre nuestras manos y su bello rostro. Un esbozo de sonrojo pasaría sin que me diera cuenta hasta que simplemente soltaría un suspiro postrando mi clásica sonrisa en mi cara.

- Ok, ahora sólo debemos rodear por estas calles hacia allá y llegaremos en nada al puerto, ahí tendremos para tomar un barco y largarnos de aquí! - Dije, determinado y señalando con mi mano libre ampliamente hacia la izquierda rodeando el borde de la muralla hacia el lado donde el mar se encontraba.

Luego de esto procuré que nos alejáramos unas cuadras del borde ya que cada varios sectores habría guardias chequeando el área y lo menos que necesito es problemas con la ley, al menos por ahora..Volviendo mi mente a la realidad estaríamos ya entre los bajos suburbios del reino, donde poca gente transitaba y poca seguridad de las zonas alejadas podría intervenir para que pudiéramos continuar hasta nuestro objetivo.

Aclararía mi voz, ya que ahora venía otra parte necesaria pero me resultaba algo vergonzoso tener que pedirlo por lo que simplemente hice aquél ademán y soltando un momento su cálida mano flexionaría mi brazo para rodear su mano y quedar "enganchados" cuan pareja de paseo. - Uhmm...con permiso...pasaremos desapercibidos si vamos así... - Expliqué intentando justificar el hecho de aquella aproximación, mis mejillas estaban sonrojadas pero aclararía mi voz nuevamente y posaría la vista el frente con el cuerpo de White más cerca del mío.

No podía decir que no era completamente necesario hacer aquello, ya que por más que fuera una ayuda no hacía real falta, pero lo último que quería en aquellos momentos era tenerla lejos de mí y la menor separación entre ambos podía causar un desastre si no íbamos con cuidado. - Quédate cerca, así no podrán separarnos - Terminé, doblando algo más mi brazo para pegarla junto a mi mientras avanzábamos por las calles de los barrios bajos. Mi vista variaba entre las calles y el frente, pasando de reojo por ella intentando bajar el sonrojo de mi rostro mientras pasaba el tiempo y poco a poco nos acercábamos a nuestro destino.

Su sonrisa era más que suficiente para hacerme olvidar el miedo que sentía y la adrenalina que me drogaba prácticamente pues no pensaba en el entorno si no en qué podía pasar si nos interceptaban;
él por su parte explicaba hacia donde debíamos ir y por respuesta solo asentí con la cabeza porque tenía miedo que se me hubiera ido la voz por los nervios. ¿Qué pasaría si éramos descubiertos? ¿Nos separarían? ¿Me llevarían de regreso a el encierro? ¡Tenía miedo! Mucho miedo porque no quería perder mi sueño ni mucho menos a él.

Quizás estaba perdida en mis pensamientos paranoicos cuando a mi lado se disculpó, ~¿Eh?~ pregunté instintivamente hasta que vi como me tomaba del brazo, mi rostro se iluminó y es por una razón en concreto; yo sabía perfectamente lo que era andar de ese modo pues era la manera correcta en la que se nos enseñaba a andar pues no podíamos estar solas en la calle, no al menos hasta que fueras mayores de edad. Igual los paseos con los chicos eran de ese modo y no me sentía incómoda para nada pero al notar su rostro sonrojado y nervioso no pudo hacer más que enternecerme. Caminé a su lado con soltura siguiendo las indicaciones que me había dado y entonces dije algo por lo bajo, ~¿Sabes cómo la gente deja de mirarte y pierde la atención en ti?~ suponía que su respuesta sería negativa y mis pómulos se enrojecieron un poco así que desvié la mirada al paisaje pues sin dilación respondí del mismo modo por lo bajo. ~La gente instintivamente desvía la mirada cuando dos personas se besan por vergüenza~ mencioné recordando lo que había leído por ahí en alguna revista. Por supuesto el tipo de lectura que no se me permitía pero que la servidumbre de la casa si podía; nada evitó que se me escapara una ojeada repentina. Recordé ese artículo  porque se me hizo curioso aparte de absurdo pero apenas era una oportunidad de poner en tela de juicio su efectividad, ¿funcionaría? Sentía demasiado nervios porque aquello había sucedido anoche en un  momento en el cual yo me hallaba muy vulnerable y en el cual ambos nos sinceramos pero eso no quería decir que eso fuera a pasar siempre... ¡Por Dios! ¿Qué me pasa? ...

Sacudí la cabeza sutilmente, si sutilmente porque simplemente estaba intentando despejar mis ideas antes de meter la pata o portarme como niña tonta, había quedado conmigo misma en ser una chica fuerte y protegerlo como él lo sería para conmigo; madurar más que nada porque ahora no tenía tiempo de errar en mis acciones, donde metiera la pata acabaría mal.  ~Nada nos separará~ terminé de decir ante su comentario porque era cierto, de esa unión me tendrían que cortar el brazo y solo así arrebatármelo.